Ayer terminó la Feria de San Isidro. Lo hizo con una notable corrida de Cuadri en lo que a presentación se refiere y en la que hubo un par de toros con clase y buen fondo. Sin duda alguna, el nombre propio del festejo fue el de el diestro vasco-alcarreño Iván Fandiño que volvió a cortar una oreja en su paso por Las Ventas completando así un exitoso paso por el ciclo isidril. Allí estuvimos el equipo de Toropress Guadalajara y podemos dar fe de ello. A continuación, se muestra la crónica publicada en COPE.ES y en la que Sixto Naranjo relata la gran actuación de Fandiño:
Madrid, jueves 2 de junio de 2011. 23ª de Feria. Lleno aparente. Toros de Cuadri, muy bien presentados, cuajados y hondos, muy en el tipo de la ganadería. De juego encastado. Unos para bueno como 2º y sobre todo el 5º, ovacionado en el arrastre. Otros para resultar complicados como 1º y 4º. El Fundi, silencio y pitos. Iván Fandiño, vuelta tras aviso y oreja. Alberto Aguilar, saludos y silencio tras aviso.
Está a punto de llegar, no hay que desesperar, torero. Que Iván Fandiño tiene predestinado un triunfo grande por los méritos acumulados no lo duda nadie. El camino está siendo largo y difícil, pero la recompensa llegará, seguro.
Este jueves, el torero vasco volvió a dar un nuevo paso al frente en su carrera. Uno más. Sí, pero quizá el más importante por concepto y resolución. Por el peso de sus dos actuaciones. Y porque lo ha hecho delante de dos toros. Sí, dos toros. Dentro de un tono mediocre ganaderamente hablando en esta feria, la corrida de Cuadri volvió a dejar un buen sabor de boca en el fin del serial isidril.
Sin ser tan completa como la lidiada en 2010, los toros del hierro onubense han tenido una presentación impecable y han sacado la casta que se les supone. Unos rompiendo en bueno como segundo y quinto, y otros más complicados como el lote de El Fundi. Pero nadie se aburrió, eso seguro.
El segundo se vino arriba tras el tercio de varas, rompiendo a embestir con transmisión y profundidad especialmente por el pitón derecho. Fandiño le plantó cara en el 6, refugiándose de un viento que volvió a molestar toda la tarde. Sin probaturas se echó la mano a la diestra para sacar dos tandas llenas de dominio y firmeza. Sorprendió el toro por su fondo encastado y sorprendió el torero al plantar batalla al toro. Tras una tanda a izquierda de menor ligazón, llegó otra que sólo estaba en la cabeza de Fandiño, que tragó paquete y tiró mucho del toro. Faena sobria, de valor supremo y rematada de una estocada delantera, lo que hizo alargar la caída final del toro. La vuelta al ruedo supo a justo premio y reconocimiento general.
Pero llegó el quinto. Podador de nombre, cuajado, con remate desde la punta de sus pitones hasta la última cerda del rabo. Precioso de hechuras y que cantó su encastada condición desde que se hizo presente en el ruedo. El recibo a la verónica aunó temple y gusto, con dos medias preñadas de torería y vieja estampa. El de Cuadri pedía todo por abajo, como todos los toros buenos, embistiendo con largura y emoción. Fandiño se encajó para ligar varias tandas en redondo muy de verdad, colocado siempre en la rectitud, templando y rematando siempre por detrás de la cintura. Exigente el toro pero también el toreo del diestro de Orduña. Molestó el viento cuando lo intentó al natural, rebajando un punto de intensidad al trasteo. El toro se vino algo abajo al final de la faena pese a otra buena tanda a derechas. Fandiño se tiró a matar dejando una gran estocada de la que salió prendido. Esta vez la oreja supo a triunfo grande. Un paso más, pero también uno menos para el objetivo final, que llegará, estoy seguro.
El resto de la corrida, como decíamos, tuvo menores opciones. El Fundi demostró que sigue sin recobrar el sitio que tuvo antes de los percances de 2009. Con un primero muy agarrado al piso y un cuarto que cuando se desplazó por el pitón izquierdo fue largo, el de Fuenlabrada se mostró muy desconfiado. Sin saber utilizar los resortes lidiadores que tantos reconocimientos le han propiciado.
Alberto Aguilar sorteó en primer lugar un precioso castaño que hizo una buena pelea en varas. Sin embargo, el ‘cuadri’ sacó genio y no terminó de emplearse en la muleta. Le cogió de feísima manera, zarandeando al madrileño de pitón a pitón. Terminó el toro acobardado en tablas sin muchas ganas de pelea. El sexto fue otro torazo que no terminó de romper, reponiendo mucho entre pase y pase. Aguilar lo pasaportó con dignidad.
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